martes, 26 de abril de 2011

La Caja de Besos



Buenos días Ávila

         Desde hace una temporada vivimos muy preocupados, y no es para menos, de cuestiones materiales y tangibles. Pero, también hay otras cosas que completan nuestra vida y, a veces, nos pasan desapercibidas o no le damos su justa medida.
         Por eso me acuerdo de una historia que seguro ustedes conocen
          Hace ya un tiempo, un hombre castigó a su niña de 3 años, por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado y un lazo que guardaba su madre para un regalo muy especial. El Padre, se enfadó mucho cuando vio a la niña tratando de envolver una caja de regalos desperdiciando el papel. Al cabo de unos días, la niña le entregó el regalo a su padre y dijo: "Esto es para ti, papá. Felicidades". El se sintió avergonzado de su reacción anterior. Sin embargo, cuando al abrirlo vio que la caja estaba vacía, volvió a reñirla diciendo: "¿Es que no sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo dentro?. La niña le miró con lagrimas en los ojos y le dijo: "No, papá, no está vacía, no los ves pero yo puse muchos besos dentro de la caja, todos para ti"
        El Padre se sintió avergonzado, puso sus brazos alrededor de su niña y le suplicó que lo perdonara. A partir de ese día el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama y siempre que se sentía mal, tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí.
       
        De una u otra forma, cada uno de nosotros hemos recibido una caja dorada, llena de amor incondicional y besos de nuestros hijos, familia, amigos, y, por supuesto, de Dios. Nadie podría tener una propiedad o posesión mejor que ésta. Me pregunto si la estamos aprovechando como debemos.

    Javier Hernández Varas

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