lunes, 21 de febrero de 2011

La Pasividad



Buenos días Ávila.

No hay un solo día en que alguien se acerque a mí, más o menos conocido, pidiéndome por favor que si le puedo ayudar a buscar trabajo. Son personas de todo tipo, con carreras universitarias, jóvenes, casados, solteros, y algunos de ellos vienen con vergüenza, con timidez y llorando. A mí, y no estoy exagerando, se me parte el alma, y más aún porque no veo que el camino se despeje en bastante tiempo.

Pero me da más dolor y más rabia aún ver cómo en esta sociedad nos hemos acostumbrado a todo, a ver cómo a nuestro alrededor la gente pasa calamidades, a ver cómo nuestros gobernantes sin ningún pudor siguen instalados en el poder, machacándonos a nosotros y a nuestros conciudadanos, sin que se les mueva ni un solo músculo de la cara para expresar algún sentimiento de conmiseración o de vergüenza.

Y ya, lo que más me indigna y me enciende es oír a esos que nos gobiernan y que con sus decisiones están fabricando parados y cerrando fábricas día a día, y que está generando miseria y pobreza, que nos digan a los que les criticamos que somos antidemócratas, que somos antipatriotas, que no respetamos la Constitución, y ya, para rematar, nos llaman fascistas

Nuestra constitución indica, entre otras cosas, que “la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”.

Cuando nuestros gobernantes nos están hundiendo cada día más, y por su falta de capacidad y preparación nos están conduciendo al abismo, los gobernados, es decir, el pueblo en el que reside la soberanía nacional, tiene todo el derecho del mundo a manifestarse en calles y plazas, no para destruir la democracia, como nos quieren hacer ver, sino para que los que actualmente nos gobiernan convoquen elecciones y que otros puedan aportar soluciones, que los que están ahora no dan. Y esta opinión la vengo manifestando desde hace tiempo.

Buenos días Ávila.

Cada vez entiendo menos cómo un Presidente que debería ser el de todos los españoles, también el de los parados, que se autoproclama progresista y de izquierdas puede estar matando la ilusión, las esperanzas y “de hambre” a tantos y tantos ciudadanos de un país. Pero entiendo menos aún que estos ciudadanos estemos pasivos y dando la callada por respuesta. Y aquí incluyo a todos, también a algunos partidos políticos, a los empresarios y a los sindicatos.

José Mª Monforte

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