miércoles, 23 de febrero de 2011

La Vida del Campo



He pasado media vida en un pequeño pueblo abulense al que por miles de razones seguiré siempre muy apegado.
Mi familia, dedicada durante muchos años a la agricultura y ganadería, me ha inculcado el respeto hacia esas ancestrales labores y hacia las personas que dedican todas sus energías y su vida a ellas.
Ese mismo respeto es el que vienen reclamando miles y miles de agricultores y ganaderos, sobre todo aquellos que han realizado grandes inversiones para mejorar la producción, modernizar la maquinaria, generar empleo y defender a un sector desprestigiado durante años, a pesar de la importancia que tiene para todos nosotros.
Y es que no se puede comprender, entre otras cosas, como los precios de mercado han subido tanto para el consumidor último y, sin embargo, los precios que manejan aquellos que trabajan el campo o sacrifican sus días festivos y vacaciones para atender su ganado, sean los mismos que hace veinte años.
Esas realidades y otros cambios sociales que se han producido en el campo y sus gentes hacen entender el por qué miles de jóvenes no han visto (no hemos visto) el campo como un buen plan de futuro, a pesar de las grandes oportunidades que podría ofrecer.
Con mi admiración y respeto hacia todas esas personas y el esfuerzo que durante años vienen realizando, esfuerzo que a muchos nos ha permitido formarnos en otros terrenos, universitarios y profesionales, espero que su situación mejore y que se les dé el reconocimiento que merecen.
¡¡Buenos días Ávila!!

Jaime Rodríguez

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