lunes, 14 de marzo de 2011

Día internacional de la mujer.


Buenos días Ávila,

Hace unas jornadas celebrábamos el día internacional de la mujer.
En España, como en otras sociedades, se realizan esfuerzos para poder alcanzar la total y plena igualdad entre hombres y mujeres. Pero en mi humilde opinión creo que se han tomado ciertas decisiones que en vez de favorecer la puesta en valor de las miles de mujeres de nuestra sociedad, han hecho justo lo contrario.
Un caso que está de actualidad por la cercanía de las próximas elecciones municipales y autonómicas, es la obligación de incluir un porcentaje mínimo de mujeres en las listas electorales. Ya se dio en la anterior convocatoria electoral de 2007 el insólito
hecho de que se declarase ilegal una lista formada íntegramente por mujeres. No creo que el hecho de que una mujer tenga opción de ir en una lista electoral deba ser una cuestión de cuotas, sino que ha de ser una cuestión de valía, capacidad de trabajo y honradez, con independencia del sexo.
Equiparable con esto es la cuestión en el ámbito empresarial. Una mujer por el hecho de serlo no debe ni puede ser discriminada, pero tampoco ha de ascender o llegar a puestos de dirección sólo por su condición femenina.
Caso a parte es la cuestión del lenguaje, después de que la ínclita ex ministra de igualdad, Bibiana Aido, se descolgase con aquella aberración lingüística de las miembras y su pretensión de incluirla en el diccionario de la Real Academia, ya poco queda por decir. Aunque por suerte el académico D. Gregorio Salvador muy acertadamente dijo que "Eso sólo se le puede ocurrir a una persona carente de conocimientos gramaticales, lingüísticos y de todo tipo”


Quizás los esfuerzos para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres deberían centrarse en atajar el enorme problema de la violencia de género.
Trabajemos todos juntos por la igualdad entre hombres y mujeres, sin que las acciones que tomemos para ello acaben poniendo en tela de juicio la valía de las mujeres, de la cual no, el que les habla, no ha dudado ni un sólo momento a lo largo de su vida.

Jorge Pato

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