sábado, 27 de noviembre de 2010

Siempre vamos con prisas

Buenos días, Ávila:

Siempre vamos con prisas. Es algo tan característico del ser humano como andar erguidos. No sabemos vivir de otra forma.
Prisas al levantarnos, prisas para ir a trabajar, prisas también para salir de trabajar. Prisas con la comida, con los niños y la pareja. Prisas con los amigos. Prisas, prisas, y siempre corriendo.
Y tanto queremos volar, que nos estorban los minutos, las horas, los días y los meses. Y queremos que todo pase rápido, que lleguen ya esas fechas ansiadas, ese día de vacaciones, esa salida programada. Comiéndonos, sin quererlo, minutos de nuestra propia existencia.
Y tanto queremos correr, que casi aún con el bañador puesto, estamos poniendo de nuevo el belén. Y casi aún con el aire acondicionado a tope, vemos por las ventanas a los operarios poniendo luces. Y nos damos cuenta de que la Navidad está a las puertas, y sin quererlo nos hemos ventilado un trimestre. El trimestre insulso, diría yo: el que va del verano a diciembre.
Y nos pasamos las semanas pensando en cenas, regalos, fiestas y vacaciones. ¡Y cómo relaja esto, oiga! Que está genial vivir con expectativas futuras, pero con los pies anclados en el presente.
Tanto correr hará que un día nos demos cuenta de todos los meses que hemos dejado en el camino, mal vividos, por culpa de nuestras prisas.
Auxi Rueda

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