Estamos de lleno en época de REBAJAS. Época en la que conviene estar pendientes de nuestros bolsillos para buscar el punto medio entre el gasto que necesitamos y el gasto prescindible o superficial. A veces, no es sencillo encontrar el equilibrio.
Las necesidades y el ahorro que nos impone la crisis económica deberíamos aprovecharlos para descubrir un panorama diferente cambiando nuestra respuesta y nuestra actitud ante la situación: buscar la sobriedad y la austeridad como valores. Aprendiendo a adquirir bienes en la medida de mis necesidades, a valorar lo que tengo y de lo que dispongo.
El saber discernir y descubrir mis necesidades reales puede llevar un tiempo de reflexión. Ser críticos con nosotros mismos no es tarea fácil máxime cuando por todos los lados nos crean necesidades y tendemos a engañarnos nosotros mismos en aquello que nos gusta o nos interesa.
Una cultura que busca y potencia la satisfacción inmediata de los deseos no fomenta la ilusión duradera por las cosas sino un impulso o capricho pasajero.
Aunque parezca que ejercemos nuestra libertad, cada vez es más difícil sustraerse a la dirección que nos marcan. Por eso el conocimiento, el aprendizaje, la reflexión, el análisis y la autocrítica son tan importantes.
Ojala que la crisis nos devuelva, aún sin quererlo, a situaciones más racionales.
Buenos días
Javier Hernández Varas
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