lunes, 24 de enero de 2011

El Senado: ¿Cámara de representación territorial?

Buenos días Ávila:
 
Hace apenas menos de un año se planteaba por un grupo de senadores la reforma del Reglamento del Senado que posibilitaría el uso de las cuatro lenguas autonómicas en la Cámara Alta. Aunque sólo sea en relación con el debate de las mociones, hoy el uso de las ya famosos y polémicos pinganillos es una realidad.

Como muchos ciudadanos, supongo, soy de las que piensa que este nuevo logro y concesión al malherido siempre sentimiento nacionalista, valga la ironía, es un exceso, democrático, sí…, pero un exceso.
Por otro lado, si los estudiosos del tema, me refiero al del Senado como Cámara de representación territorial, no han dudado en negar que esta sea una auténtica Cámara de tal carácter, sorprende que el lenguaje político afirme que el claro ejemplo de ello resida en el uso de las lenguas oficiales de las Comunidades Autónomas.

Atrás quedan los intentos de darle un nuevo e importante papel al Senado, bien convirtiendo dicha Cámara en una Cámara de primera lectura, potenciando su función legislativa e incluso de control, bien sea potenciando el papel y número de los Senadores autonómicos, potenciando la Comisión General de las Comunidades Autónomas o para los más ambiciosos, alterando el sistema electoral, la circunscripción electoral provincial….etc.

El hecho es que si difícil es entenderse en castellano y poco interés despiertan los debates parlamentarios, no ya entre los ciudadanos, sino entre los mismos representantes de estos, únicamente atentos a la clave electoral, mucho menos a través de un pinganillo, a cuyo uso se opone el propio Presidente del Gobierno, toda vez que la deteriorada imagen del Senado corre el riesgo de hacer cada vez más presente la afirmación de su inutilidad.
25 de enero de 2011

Ana Díaz de Mera Rodríguez

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