Los que se encuentran sin trabajo y sin subsidios ni ayudas económicas son los que peor lo están pasando y los que más sufren en sus propias carnes una situación que, día tras día, se deteriora más. Si no hubiera organizaciones como Cáritas y Cruz Roja y personas solidarias, seguro que estaríamos en una situación de crispación social, con motines y saqueos pues quien nada tiene necesita, por lo menos, el alimento que a él y a los suyosles mantenga con vida. ¡Quién nos iba a decir que de la idílica promesa del empleo para todos psaríamos a descubrir la cruel realidad de cuatro millones y medio de desempleados¡ Porque éste es el problema más grave que tenemos en nuestra sociedad. A resolverlo deberían dedicarse toda energías de quienes nos gobiernan.
Pero, para desgracía de todos, parece que es más importante hacer leyes sobre supuestas igualdades, se reconocen derechos que no son tales y se cercena la libertad del individuo con prohibiciones cada vez más asfixiantes. A este paso, terminarán invadiendo nuesta intimidad más personal. Seremos, entonces, juguetes de los que deberián ser servidores nuestros pues para resolver los problemas de todos les hemos elegido, no para que nos creen más.
Pienso que solamente tenemos un camino: Rebelarnos cuadno recortan nuestras libertades, cuando nos inponen la mentira como si fuera verdad, cuando su gestión de los asuntos públicos nos lleva a la catástrofe. Los ciudadanos de a pie tenemos que despestar y no seguir cruzados de brazos. Los lamentos, para desgracia nuestra, no nos salvarán ni impedirán que el parao siga creciendo y que nuestra libertad sea cada día menos libertad.
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