miércoles, 2 de febrero de 2011

Rompen el Pacto de Toledo


Buenos días Ávila.
            El pasado día 1 de febrero del año en curso, el Gobierno Socialista de la Nación, los sindicatos UGT y CCOO y los representantes de los empresarios anunciaban a bombo y platillo y con excesiva alegría y optimismo el cierre, según ellos, de un gran pacto social que conlleva, entre otras cosas, la jubilación a los 67 años en lugar de a los 65, la reducción de las futuras pensiones en un 30 %, la gestión de las políticas activas de empleo por parte de los sindicatos y empresarios, gestión que tanto a unos como a otros les reportará pingues beneficios, y una serie de acuerdos más o, mejor dicho, de declaración de buenas intenciones que, a buen seguro, y dada la trayectoria de este gobierno, después no se cumplirán, y que habrán dejado a toda la sociedad española ingrata y lamentablemente sorprendida.
            De este pacto sorprenden, entre otras cosas, la alegría y el alborozo que han demostrado todos los intervinientes en la firma del mismo a través de los medios de comunicación, a pesar de los 5 millones de parados existentes en estos momentos, sorprende así mismo, el que este pacto, en lugar de haberse sustanciado en las Cortes Generales (Congreso y Senado), máximo órgano de representación de todos los españoles, se haya negociado primero con los sindicatos y luego con los empresarios, dejando al margen a los partidos políticos que componen el arco parlamentario. Y sorprende, cómo no, que no se reconozca que las pensiones se han tenido que modificar como consecuencia de la incapacidad del Gobierno para generar empleo, en definitiva, porque hay mucho paro. Y vuelve a sorprender la arrogancia del Gobierno para intentar vender que estos pactos son algo parecido a los de La Moncloa.
            Buenos Ávila.
            Este Gobierno Socialista no tiene solución, los sindicatos que deberían ser los defensores de los derechos de los trabajadores con los actuales dirigentes está claro que tampoco, y los empresarios, como sigan en la misma comparsa y con los mismos amiguetes van por el mismo camino.
            Este acuerdo, tal y como nos lo han presentado, es la clara representación teatral de una gran chapuza nacional y es impresentable y doloroso que por parte de los firmantes del mismo se nos presente esta reforma como un gran logro, cuando no es más que el resultado de la incapacidad e incompetencia de un Gobierno que no supo y no quiso poner en marcha las reformas necesarias a tiempo.
            Y todo lo anterior, dentro de un marco donde sigue incrementándose el paro.
José María Monforte

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