lunes, 30 de mayo de 2011

Hacienda somos todos … e Iglesia también



Esta semana he estado en Hacienda, a rendir cuentas como cada año con el fisco. Cuando fui a firmar la Declaración, vi que faltaba un dato que la funcionaria había pasado por alto: no había marcado la X en la casilla de la Iglesia. Inmediatamente subsané el error sin problema alguno. No era más que un descuido.

Y muchos dirán: “Ya que estaba hecha, ¿qué más te daba dejarla sin marcar?” Pues sí me da, y mucho. Como creyente, como persona que valora la labor sociorreligiosa que realiza la Iglesia, me tomo esa X como una renovación de mi compromiso con ella. Porque no es sólo pagar el sueldo a los curas. 

Es sostener el trabajo que realiza Cáritas con los más desfavorecidos en este tiempo de crisis cruel (albergues, comedores, y todo tipo de ayuda). Es apoyar los hospitales, orfanatos y residencias que sostienen las instituciones religiosas, y donde se encuentran nuestros enfermos y mayores. Es respaldar la opción educativa de sus colegios privados y concertados, cada vez más solicitados por los padres. Es ayudar a mantener el patrimonio histórico – artístico que aglutina iglesias, ermitas y catedrales (y que, pese a lo que demandan muchos, no se puede vender para darle el dinero a los pobres).

Y, sobre todo, es permitir que se sigan realizando labores pastorales, litúrgicas y sacramentales. Porque, aunque muchos reniegan de la Iglesia, siempre se acercan a ella para bautizar a sus hijos, para que éstos tomen la Comunión, o para casarse. Y no son pocos los que reniegan de ella, pero cuando se ven apurados, están enfermos o tienen un examen, lo primero que hacen es rezar, apelar a una fe dormida.

Por eso, porque sigo creyendo que a esta Iglesia a la que todos acudimos, a la que tanto debemos, tenemos que sostenerla entre todos, yo sí marco la X en la casilla de la Iglesia. No te costará nada, ni te devolverán menos. Es, sencillamente, una responsabilidad ineludible para todos.

Auxi Rueda


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